Raíces Latinas en Tres Sabores: Tamales, Nacatamales y Pasteles

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WISCONSIN (TELEMUNDO WISCONSIN)- Los tamales, los nacatamales y los pasteles, tres platillos que unen a México, Nicaragua y Puerto Rico. Cada uno tiene su propio sabor, tradición y proceso, pero comparten un mismo propósito: mantener vivas las raíces y la cultura de nuestras comunidades.

México, Nicaragua y Puerto Rico tienen culturas muy distintas, pero hay algo que los une: un platillo que, aunque cada país lo prepara a su manera, guarda un significado especial en su mesa. Hablamos de los tamales.

Empecemos por los famosos tamales de México, esos que todos reconocen. " El tamal es un platillo emblemático de la Ciudad de México", dijo Berta Reyes, propietaria de Berta's Tamales en Milwaukee. " La palabra 'tamal' proviene del náhuatl tamalli, que significa 'envuelto'. Y justamente ese es el sentido del platillo: la forma en que está envuelto", añadió Berta.

La originalidad de los nacatamales de Nicaragua. " El nacatamal es un plato tradicional 100% nicaragüense: desde su preparación y sus ingredientes hasta el sazón que lo hace único", dijo Gabriela Morgan, Copropietaria de Fritanga El Güegüense, en West Allis.

Y, por supuesto, los deliciosos pasteles de Puerto Rico. " El pastel nos representa: es típico de la Navidad puertorriqueña, del festejo y de la comida tradicional de la isla", dijo Víctor Muñoz, Copropietario de MPK Catering en Milwaukee.

Tres platillos que, aunque parecen sencillos, requieren horas de dedicación.

Con una gran similitud, no solo en su apariencia, sino también en el cuidadoso proceso que los hace únicos y los convierte en un verdadero símbolo de su cultura.

Los tamales se preparan con masa de maíz, a la que se añade grasa vegetal o animal y caldo de pollo. Una vez lista, se coloca una porción sobre hojas de maíz, se extiende, se agrega el guisado al gusto, se envuelve y se lleva a la vaporera por aproximadamente una hora, hasta obtener un delicioso resultado final. " Se pueden acompañar con salsa verde, roja o con el mismo mole, además de crema, lechuga o con lo que tú prefieras", dijo Berta.

Berta, quien lleva más de una década vendiendo tamales en Milwaukee, dice que este platillo tiene un gran significado. No solo para ella como mexicana, sino para todos sus compatriotas, porque, asegura, “los tamales nacen con nosotros”.

“Uno nace con el tamal, uno nace con el maíz, ahí en el campo, con la milpa. De ahí mi mamá hacía los tamales”, dijo Berta. “Siento mucho cariño por el tamal porque me recuerda a mis raíces, y de dónde vengo”, añadió.

Al igual que los tamales, los nacatamales se hacen con masa de maíz, pero se preparan con manteca y se sazonan con diferentes vegetales. Se rellenan con tomate, hierbabuena, cebolla, papa, cerdo y arroz con achiote. A diferencia de los tamales, se envuelven en hoja de plátano y se amarran con hilo de cabuya. Finalmente, se hierven en agua durante tres a cuatro horas.

“En nuestra cultura y tradición, es un plato totalmente icónico que no puede faltar en un desayuno dominical, ya sea acompañado de Coca-Cola, una taza de café, pan, tortilla o un vaso de cacao”, dijo Gabriela.

Un platillo que Gabriela y sus hermanas, dueñas del restaurante Güegüense en West Allis, crecieron viendo preparar por su familia. Tiene un significado muy especial para ellas, y se sienten felices de poder dedicarse a algo que aprendieron desde niñas. “Es algo que nuestros abuelitos y nuestras madres nos enseñaron a preparar a nosotras”, añadió Gabriela.

Se puede disfrutar en cualquier época del año, pero hay una temporada en la que simplemente no puede faltar. “Para el primero de enero, para Año Nuevo, eso simplemente no puede faltar”, añadió Gabriela.

Los pasteles puertorriqueños se preparan de manera similar, aunque con un distintivo toque propio.

Su masa se elabora con plátano verde, yautía y calabaza, y se acompaña con achiote, aceitunas, garbanzos, pimiento rojo y carnes como cerdo o pollo. Al igual que los nacatamales, se envuelve en hojas de plátano, se amarra con hilo y se hierve durante aproximadamente una hora hasta obtener un delicioso resultado.

" Por lo general, no se come solo; se acompaña con arroz blanco, arroz con habichuelas, arroz con guandules y algún tipo de carne", dijo Víctor.

Para Víctor, agregar los pasteles a su menú es un privilegio. Este platillo no solo une a la familia, sino que también le permite poner en práctica las recetas que le transmitió su abuela, lo que tiene un significado muy especial para las familias puertorriqueñas. " Es importante en Navidad porque reúne a primos, tíos, tías y sobrinos. Las abuelas, con sus recetas de pasteles, logran que toda la familia trabaje junta mientras las preparan", añadió Víctor.

Más allá de la mesa, los tamales, nacatamales y pasteles cuentan la historia de nuestras raíces. Cada bocado es una manera de mantener viva la tradición y celebrar nuestra herencia hispana.

“Este mes es muy significativo para nosotros, tanto en nuestra cultura como en nuestras tradiciones. Al final, estamos unidos por ser latinos, y eso es algo muy bonito”, dijo Gabriela.

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