KENOSHA, Wis. (TELEMUNDO WI) -- En un frío día de invierno, el clima en Kenosha parecía propicio, con una tranquilidad que se respiraba en el aire. Tres coches fúnebres se alineaban frente a la Iglesia de los Grandes Lagos para atender a tres víctimas repentinas.

En la noche de Acción de Gracias, Rylee, de 10 años, Connor, de 9 años, y Alena Kannin, de 7 años, murieron en un incendio mortal cerca de la Avenida 43 y la Calle 52. Su padre, Joshua Kanin, fue llevado al hospital por inhalación de humo.

"Su papá y yo no estamos juntos, así que todo terminó en su día. Los había invitado la mañana de Acción de Gracias, sin saber que sería la última vez que los vería", dijo la madre de los niños, Jourdan Feasby, en una entrevista con CBS 58 la semana pasada. "Estaba muy emocionada por las compras navideñas, pero ahora solo hay ataúdes".

Una orden de registro revela que Joshua Kannin dijo a los investigadores que cuando se despertó, vio "un pequeño incendio en el piso de la cocina" y salió por la puerta principal, presa del pánico y buscando ayuda.

Al volver a entrar, Joshua informó a los investigadores que el humo era demasiado denso y que agravó el incendio al abrir la puerta. La policía de Kenosha confiscó el teléfono de Joshua después del incendio para obtener datos forenses, pero no encontró ninguna evidencia relacionada con el incendio. La policía sigue investigando el incidente.

"Todavía no me parece real", dijo Feasby. "Eran tan creativos, les encantaba dibujar, colorear y hacer videos. Me alegra mucho tener los videos que hicieron y poder verlos".

Feasby dice que esos son los recuerdos que conservará mucho después de estos días tranquilos y sombríos.

"Abracen a sus bebés y disfrútenlos esta Navidad, porque podrían haber estado en mi lugar y nunca se sabe cuándo es el último día", dijo Feasby.

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